(1) Pero tú, Bet-Lejem Efrata, que eres pequeña para estar entre los millares de Iehudá, de ti me saldrá uno que será Señor en Israel; cuyas salidas son desde la antigüedad, desde la antigüedad. (2) Por tanto, los abandonará hasta el tiempo en que dé a luz la que ha dado a luz; entonces el resto de sus hermanos volverá con los hijos de Israel. (3) Y él se levantará y apacentará sus ovejas con la fuerza de YIHWEH, con la majestad del nombre de YIHWEH su Dios; y permanecerán, porque entonces será grande hasta los confines de la tierra. (4) Y esta será la paz: cuando Asirio entre en nuestra tierra y pise nuestros palacios, levantaremos contra él siete pastores y ocho príncipes entre los hombres. (5) Y devastarán la tierra de Asiria a espada, y la tierra de Nimrod con la espada de filo agudo; y él nos librará del asirio, cuando él entre en nuestra tierra y cuando entre en nuestra frontera. (6) Y el remanente de Iaakov será en medio de muchos pueblos, como rocío de YIHWEH, como lluvia sobre la hierba, que no es esperada por el hombre, ni esperada de mano de los hijos de los hombres. (7) Y el remanente de Iaakov será entre las naciones, en medio de muchos pueblos, como león entre las bestias del bosque, como cachorro de león entre rebaños de ovejas, que si pasa, holla. y desgarra, y no hay quien lo libre. (8) Álcese tu mano sobre tus adversarios, y sean exterminados todos tus enemigos. (9) Y sucederá en aquel día, dice YIHWEH, que cortaré tus caballos de en medio de ti, y destruiré tus carros; (10) Y talaré las ciudades de tu tierra, y derribaré todas tus fortalezas; (11) Y cortaré de tu mano las hechicerías; y no tendrás más adivinos; (12) Y cortaré tus imágenes talladas y tus columnas de en medio de ti; y nunca más adorarás la obra de tus manos. (13) Y arrancaré tus Asheras de en medio de ti; y destruiré a tus enemigos. (14) Y haré venganza con ira y furor sobre las naciones, porque no escucharon.