VEZOT HABRAJA
(1) Y esta es la bendición con que Moisés, hombre de Dios, bendijo a los hijos de Israel antes de su muerte: (2) Y dijo: YIHWEH vino de Sinaí, y de Seir resucitó a ellos; resplandeció desde el monte de Parán, y vino de entre los millares de santos; la ley de fuego les fue dada a su diestra. (3) Sí, él ama a los pueblos, a todos sus santos; ellos están en tu mano; y se sientan a tus pies, y reciben tus palabras. (4) Moisés nos ordenó una ley, una herencia de la congregación de Jacob. (5) Y hubo rey en Jesurún, cuando se reunieron los jefes del pueblo, todas las tribus de Israel juntas. (6) Viva Rubén, y no muera, porque sus hombres sean pocos. (7) Y esto acerca de Judá, y dijo: Oye, oh YIHWEH, la voz de Judá, y tráelo a su pueblo; (8) A Leví dijo: Tu Tumim y tu Urim sean con tu santo, A quien probaste en Masah, Con quien contendiste en las aguas de Meriba; (9) El cual dijo de su padre y de su madre: «No lo he visto», Ni reconoció a sus hermanos, Ni conoció a sus propios hijos; Porque ellos guardaron tu palabra y cumplieron tu pacto. (10) Ellos enseñarán tus ordenanzas a Jacob, Y a Israel tu ley; Pondrán incienso delante de ti, Y holocausto sobre tu altar. (11) Bendice, oh YIHWEH, su hacienda, Y acepta la obra de sus manos; Herirás los lomos de los que se levanten contra él, Y de los que lo aborrecen, Para que no se levanten más. (12) A Benjamín dijo: El amado de YIHWEH habitará seguro junto a Él; (13) Y de José dijo: Bendita sea de YIHWEH su tierra, por lo precioso de los cielos, por el rocío, y por el abismo que está abajo, (14) y por lo precioso de los frutos del sol, y por lo precioso de los frutos de las lunas, (15) y por las cumbres de los montes antiguos, y por lo precioso de los collados eternos, (16) y por lo precioso de la tierra y su plenitud, y por la benevolencia del que moraba en la zarza; venga la bendición sobre la cabeza de José, y sobre la coronilla del que es príncipe entre sus hermanos. (17) Su primogénito, su majestad; y sus cuernos, los cuernos del búfalo; con ellos acorneará a todos los pueblos, hasta los confines de la tierra; y ellos son los millares de Efraín, y ellos son los millares de Manasés. (18) A Zabulón dijo: Alégrate, Zabulón, en tus salidas, e Isacar, en tus tiendas. (19) A los pueblos llamarán al monte; allí ofrecerán sacrificios de justicia; porque mamarán de la abundancia de los mares, y de los tesoros escondidos de la arena. (20) A Gad dijo: Bendito el que ensancha a Gad; que habita como león, y desgarra el brazo, y la coronilla. (21) Y escogió para sí la primicia, porque allí estaba reservada la parte de príncipe; allí vinieron los jefes de los pueblos, e hizo la justicia de YIHWEH, y sus juicios con Israel. (22) A Dan dijo: Dan, cachorro de león, que salta desde Basán. (23) A Neftalí le dijo: Oh Neftalí, saciado de favores, y colmado de la bendición de YIHWEH; toma posesión del mar y del Neguev. (24) A Aser le dijo: Bendito sea Aser entre los hijos; sea el favorecido de sus hermanos, y moje en aceite su pie. (25) Hierro y bronce serán tus cerrojos, y como tus días serán tu fortaleza. (26) No hay como Dios, oh Jesurún, Que cabalga sobre los cielos para tu ayuda, Y sobre las nubes con su majestad. (27) El Dios eterno es tu morada, Y debajo están los brazos eternos; Y él echó al enemigo de delante de ti, Y dijo: Destruye. (28) E Israel habita seguro, Sólo la fuente de Jacob, En tierra de trigo y de vino; Sí, sus cielos destilan rocío. (29) Bienaventurado tú, oh Israel, ¿Quién como tú? Pueblo salvo por YIHWEH, escudo de tu socorro, y espada de tu majestad. Tus enemigos serán humillados delante de ti, y tú pisotearás sus lugares altos.